Los techos son la primera línea de defensa de cualquier edificio contra los elementos, y mantenerlos en óptimas condiciones es crucial para preservar la integridad estructural. Uno de los aspectos más importantes en este mantenimiento es la impermeabilización de la azotea.
Una azotea bien impermeabilizada no solo protege el interior de la edificación de filtraciones y daños por agua, sino que también prolonga la vida útil del techo y reduce los costos de mantenimiento a largo plazo.
La impermeabilización de azoteas no es solo una tarea técnica, sino un acto de preservación que garantiza la longevidad y la seguridad de los edificios públicos, como el de este centro público de educación en Sevilla.
El proceso comenzó con una evaluación exhaustiva de la azotea, identificando áreas problemáticas y diseñando un plan de acción personalizado. La preparación adecuada del sustrato fue fundamental, eliminando cualquier rastro de suciedad o material suelto que pudiera obstaculizar la adherencia de los materiales impermeabilizantes.
Con el área preparada, se procedió a la aplicación de membranas impermeabilizantes de alta calidad, cuidadosamente seleccionadas para garantizar una protección duradera contra la humedad y las filtraciones. La experiencia del equipo de Orosuelo se evidenció en cada paso, desde la aplicación precisa hasta el aseguramiento de que cada rincón y grieta recibiera la atención necesaria.